UNIDAD DE TURISMO, DATOS GENERALES DE POCONA

DATOS GENERALES

Nombre: Pocona 3ra sección de la provincia Carrasco

Cantones: Pocona, Chimboata, Chillijchi, Huayapacha, Conda y Arepucho

Creación; 22 de noviembre de 1906

Aniversario: 23 de mayo de 1812, en homenaje a la batalla del Quehuiñal

Ubicación: 140 km de la ciudad de Cochabamba

Población: 13.488hab según censo 2001

Fiesta patronal: señor de consuelo 22 de septiembre

Altitud: 2900 m.s.n.m

Idiomas: Quechua y Español.

HISTÓRIA

La Batalla del Quehuiñal

El movimiento patriota que logro la independencia del alto Perú, para dar lugar al nacimiento de nuestra república de Bolivia, tuvo que lidiar durante 15 años (1810-1825) enfrentándose al poderoso ejército realista, instrumento efectivo del dominio de la corona Española.

Una de las memorables batallas en ese proceso de lucha, tuvo su epicentro en la región de Pocona. Al respecto, Eufronio Viscarra, en su obra “Apuntes para la historia de Cochabamba” nos detalla lo siguiente; “Goyeneche después del combate de Amiraya, que acaeció el 15 de agosto de 1811, se dirigió al sur, manifestando el propósito de pacificar las provincias del rio de la plata y evitar en lo sucesivo la organización de nuevos ejércitos auxiliares en el territorio argentino”.

Sin embargo, este periplo no se realizo como estaba previsto, y Viscarra trata de justificar: “creemos a pesar de todo, que la causa principal para retomar la contramarcha, hubo de ser la nueva sublevación de la provincia de Cochabamba, tan temida por los españoles por el valor incomparable de sus habitantes. Salió Goyeneche con su ejército realista de Potosí, para encaminarse al norte por el camino de Chayanta y Mizque. Luego se dirigió a Pocona y el 24 de mayo de 1812 ascendió rápidamente al altiplano de Vacas.

En cambio el general Arze, ante la negativa de obtener auxilios por parte de la junta revolucionaria, animado solamente por el rutilante triunfo en la batalla de aroma, “de regreso de Chayanta, después del descalabro de Amiraya, se ocupo de reunir tropas en Tarata y el Paredón, manteniendo en estado de sublevación la importante provincia de Cliza. Entretanto el bien afamado gobernador Mariano Antezana organizaba las fuerzas de la capital. Existían en Cochabamba y Tarata cuatro mil sesenta hombres y ochenta cañones, de los cuales cuarenta estaban montados, los celebres cañones de estaño”. Por tanto, el ánimo independentista permanecía latente,   “Arze se dirigió a sacabamba finca de las alturas de toco y, como allí tuviera conocimiento de la aproximación de Goyeneche a Pocona, determino ir al alcance del enemigo. El  23 de mayo por la noche, Arze y sus combatientes llegaban transidos de fatiga a paredones, lugar situado en las inmediaciones de vacas, consiguiendo reunirse en el camino con Carlos Taboada, que capitaneaba fuerzas organizadas en Mizque. Al avanzar hacia la hondonada de vacas, el día 24 de mayo de 1812, avisto sobre una colina llamada el Quehuiñal, al ejercito de Goyeneche compuesto de 2500 soldados”.

La descripción del combate que ofrece Humberto Guzmán (“el caudillo de los valles”) es locuaz: “cuando las armas de corto alcance de los revolucionarios, roncaron desigualmente sin proyectar su carga, se produjo un intervalo de estupor. Las columnas realistas hostigadas respondieron con disparos cada vez más nutridos, estos ascendían en un vuelo  agudo que regaba el aire en busca de la cumbre.

Armada su artillería de montaña, reventaba en estampidos desde los flancos opuestos  cortando en haces los grupos de patriotas, cuyos cuerpos quedaban esparcidos. La caballería regular, trepando por los declives más suaves, podía rodear a los campesinos, mientras los fusileros realistas, con la energía atesada, martillaban presurosos y embestían, aniquilando cualquier propósito  de resistir” e incluso llegaron los refuerzos realistas al mando del coronel José Mendizábal e Imas.

“el valor que desplegaron los independientes fue digno de su causa”, afirma Viscarra; “empero, fue necesario que renunciaran a la lucha por ser irresistible el poderoso ejército realista. La artillería de Cochabamba, quedo en el campo de batalla. El número de muertos ascendió a treinta…”. Su conclusión es elocuente: “en aquel sitio (El Quehuiñal), se decidió la suerte de Cochabamba y se decreto la destrucción de la noble y altiva ciudad, en el mismo momento en que la victoria favoreció al feroz Goyeneche”.